La innovación al servicio de la inutilidad... casi siempre

Los productos que se venden en esta revista son generalmente extraños. Walkie-talkies que no necesitan pilas, bandejas circulares para que todo el mundo alrededor de una mesa pueda comer alitas de pollo, zapatos que llevan muelles para que andar sea más cómodo, una caja de plástico flotante para que puedas tu iPod en el agua de la piscina sin riesgos, bolígrafos musicales con los himnos de tus equipos favoritos... podría seguir páginas y páginas (en el último número, 196 para ser más exactos). Skymall se ha especializado en vender productos de otros vendedores, ejerciendo de intermediario.
Los productos son, como podéis ver, generalmente inútiles, o al menos no estándar. Buscan sorprender al consumidor, que, en un momento de debilidad, encuentra ese cacharro que le hace sonreir... "sí, qué gran idea".
¿El problema? Que no aciertan en la pregunta básica: "¿es éste un problema que merezca la pena resolverse?". He mirado por encima cada una de las 196 páginas, y no encuentro demasiados problemas que cumplan esa premisa.
Sin embargo, si nos centramos en innovación, la gente que trabaja en esas empresas está llevando a la práctica casi todos los pasos necesarios en el proceso creativo: está encontrando un problema, y lo está resolviendo. La última vez que ojee la revista estaba en medio de mi curso de creatividad e innovación, y muchos de los planteamientos exhibidos en estos productos me parecieron muy interesantes como utilización de la técnica del primer mago (centrarse en un problema y desgranar sus elementos). Desde ese punto de vista, Skymall, y las compañías que representa, podrían considerarse un gran sitio para formarse en técnicas de innovación. Sólo espero que para la mayor parte de los "creativos" que trabajen en estas ideas, sea sólo un primer paso hacia algo más importante.
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